lunes, 11 de octubre de 2010

Introducción



“Cuentan que un niño le pregunto a su abuelo:
-         Abuelo, tu sabes cual es el secreto de la vida?
El, sabiendo que su nieto adoraba los perros  le contesta:
-         Dentro de cada uno tenemos dos perros peleando. Uno cuida su territorio con la rabia, la crítica y el resentimiento, es miedoso y controlador. El otro perro esta lleno de amor, alegría y paz.; es travieso y adora la aventura.
-         Y entonces abuelo, cual de los dos va a ganar?
-         El anciano responde: “ El que tu alimentes”

Dentro tuyo habitan dos seres, uno es el ser viejo, el otro el ser joven. El viejo se ha formado desde tu infancia, puliéndose con prejuicios, normas y reglamentos. Deberías y no deberías. Broncas y sed de venganza. El joven es aquel más inocente, aquel que  vivía el momento sin importarle el futuro, aquel ser mas simple que  se conformaba con solo vivir el hoy, coleccionándolo  como una piedra preciosa.
Nuestra calidad de vida dependerá- tal como el cuento de los perros-. a quien tú alimentes. A quién vos le des más protagonismo, como si fueras el director de una película y decides quien tendrá el rol de actor  principal.

El libro se divide en capítulos donde repasaremos los factores que  nos llevan a deteriorar nuestra calidad de vida actual y comprometer seriamente nuestra vejez. Desde nuestra alimentación y actividad física a otros factores relevantes que pasan por lo social, económico, emocional y espiritual. De no existir un cambio en nuestros hábitos en el futuro seremos apenas sobrevivientes, ya que la ciencia y la medicina nos darán más años pero sin calidad apenas podremos llevar a rastra nuestro cuerpo. En cada capítulo hay ejemplos concretos de nuestro día a día y como podemos empezar progresivamente a ejercitar una vida mejor pues un cambio de estilo de vida no se produce de un día para el otro; es un hábito que se ejercita  y donde existe un compromiso real en hacernos cargo de nuestro ser, de valorarlo y respetarlo.
Este libro no es un compendio técnico ni pretende serlo. Esta basado en una experiencia personal, investigación, el transitar como consultor de empresas por veinte años y mi formación en el área de coaching. En ese transitar por empresas pude comprobar como descuidamos nuestra calidad de vida en pos de objetivos que están marcados desde niños por nuestros padres y educadores pero que si miramos a nuestro alrededor han fracasado por completo. El ser unidimensional ha fracasado. Aquel que ha querido construir una cima para llegar a la felicidad a través de su trabajo o profesión no lo ha logrado. Es tiempo de darle paso al ser multidimensional, aquel que coloque fichas no solamente en su trabajo y su profesión sino en aquel que apueste a su tiempo libre, donde se encuentra en primer lugar su familia y también sus amistades y pasatiempos personales.

¿Quien dijo que en el año 2000 estaríamos rodeados de robots que harían todo mientras nosotros estaríamos panza arriba? En realidad el que lo dijo en algo acertó: los robots existen, pero somos nosotros que corremos automatizados  de un lugar para el otro para lograr nuestra “realización” personal.
Este libro es una invitación a la reflexión. No pretende ser un manual de vida ni mucho menos. Es como un pedazo de arcilla que luego tendrás que moldear acorde a tu vida, profesión e historia.
Una de las atributos del ser joven, aquel que vos  y yo tenemos dentro, es la de abrazar el momento. Así como abrazas a tu hijo. Con pasión y sentimiento. Pues cada momento es hijo nuestro, lo estamos pariendo ahora y debemos hacernos cargo de él. Para el Ser joven el momento mas importante de su vida es este que estamos compartiendo ahora y la persona más importante de su vida es la que tiene a su lado, en este caso tú, querido lector. Este momento, este fluir entre vos y yo, al compartir este libro.







Viejos son los trapos

El estilo de vida actual hace que el proceso de envejecimiento se acelere, que los relojes biológicos marchenmás de prisa. Pero existe el envejecimiento o sólo es cuestión de crecimiento o abandono?
¿Por qué hay gente que aparenta menos edad de la que cronológicamente tiene, y otros más? ¿Y por qué hay gente mayor con el espíritu que un adolescente envidiaría?
Desde hace un tiempo algunos científicos han descubierto que más allá de nuestra edad cronológica, la que dictamina nuestro año de nacimiento, existe otra. Es la representada por nuestra edad corporal y fisiológica, denominada edad biológica, es en definitiva, la edad de nuestro cuerpo.

No podemos modificar nuestra edad cronológica –aunque no festejemos más los cumpleaños– pero sí podemos alterar la edad biológica, atacando todos los aceleradores, los que nos llevan a la vejez y al deterioro.

Es por ello que veremos personas de 50 años que tienen una edad biológica de 35, y quizá, algunos de 35 con un edad biológica de 50. El único factor que modificará nuestro reloj biológico para bien o para mal, es el estilo de vida.

Como decía, ya nadie discute que la alimentación sana y la actividad física aportan beneficios a nuestra vida pero hay otros factores determinantes en deteriorar nuestra calidad que van  desde lo emocional y espiritual, pasando por lo económico y haciendo mucho foco en lo social.
Una fuerte dosis de personalidad también es necesaria para afrontar este  plan, pues habrá mandatos sociales que deberemos contradecir y un permanente equilibrio entre lo físico e intelectual.
Emparentada con la edad biológica está la edad psicológica, que es la edad que cada uno cree que tiene. Es por eso que veremos personas de ochenta años con un espíritu de veinticinco y viceversa; un adolescente tirado en la vereda, consumiendo cerveza, es un claro ejemplo.
La edad psicológica es muy útil para revertir la biológica, pues el poder de la mente es de una inigualable eficacia. Si crees que envejecerás y que tu futuro es el deterioro, es muy probable que eso suceda. Ahora, si aceptas el transcurrir de los años como un crecimiento espiritual, físico e intelectual, seguramente tu cuerpo acompañará el mandato de tu mente.

Para quitar solemnidad y despuntar el vicio he intercalado algunas viñetas de humor gráfico, referidas a cada uno de los temas que iré abordando, pues el sentido del humor es otro de los factores que demora el avance del reloj biológico.

No hay edad para plantearse un cambio de estilo de vida.. En ancianos de geriátricos en Estados Unidos, sólo la actividad física creó una expectativa de vida de diez años más.
Verse y sentirse joven no es una cuestión de narcisismo, ni vanidad, sino una actitud ante la vida.
¿Entonces, qué es el envejecimiento? Pues no existe. Sólo hay crecimiento o decrepitud y en nuestras manos está la elección.

 “La juventud no es una etapa de la vida, sino una postura ante ella. Es honrar la misma. Es cuidar ese regalo del universo que es nuestro cuerpo y nuestra mente, para poder vivir con mayor plenitud.”



Las tres edades

Cuando te pregunten qué edad tienes, puedes responder de distintas maneras, ya que existen tres edades.
Edad cronológica: dictaminada por nuestro año de nacimiento. Es nuestra respuesta habitual.
Edad biológica: es la edad fisiológica.
.Ella dice como el paso del tiempo ha afectado a tus órganos y tejidos, comparándolos con los de otras personas de la misma edad cronológica. Es la edad que nos dice como hemos tratado a nuestro organismo en estos años. Para obtener la edad biológica se deben realizar estudios, observar los biomarcadores o marcadores biológicos del envejecimiento. Ellos son los siguientes:
Presión Arterial, cantidad de grasa corporal, umbrales auditivos y visuales, niveles hormonales, función inmunológica, regulación de la temperatura, densidad ósea, espesor de la piel, los niveles de colesterol, la tolerancia a la glucosa, la capacidad aeróbica y la tasa metabólica. Si uno conoce esos resultados puede compararlos con el promedio para el grupo de personas de la misma edad cronológica.
Edad psicológica: es la edad que cada uno cree que tiene. Es por eso que encontramos personas de 80 años con un espíritu de una de 20.
En Harvard se realizó un experimento interesante. Se eligió a personas mayores de setenta años y se las motivó para que pensaran y actuaran como personas con veinte años menos. Al cabo de una semana se notaron cambios a niveles auditivos, visuales, de motricidad y destreza.
En realidad nos convertimos en lo que creemos ser. La edad psicológica va de la mano de la edad biológica. Tener una expectativa de rejuvenecer ayudará a revertir la edad biológica.


La fuente de eterna juventud

Este mito de la inmortalidad, se refiere a una legendaria fuente que supuestamente cura y devuelve la lozanía a quien beba de sus aguas o se bañe en ellas. Que mejor que  esta fuente para mejorar nuestra calidad de vida?
Si te digo que la fuente de la eterna juventud está muy cerca tuyo y que no tenés una, sino miles, no me creerías, ¿verdad?
Pues existen y están en todos lados. Son los niños: ellos pueden proveerte de savia fresca, pura y cristalina energía. Observá sus ojos y verás pureza. Aprovechalos, son como esos ríos que todavía no tienen una planta industrial a la vera contaminándolos. ¿Y sabes quién es la planta contaminante? Nosotros, los adultos. Nosotros somos la planta que se encarga de enturbiar la pureza. Los niños son dueños de espontaneidad, sabiduría; pero nosotros creemos que no saben nada, que sólo nosotros somos los dueños del saber. Es verdad, ellos no conocen que la capital de Turquía es Estambul, o por qué el pájaro vuela sin ser más liviano que el aire o si esa flor que ellos admiran son monocotiledóneas, o si el arco iris es producto de la fragmentación de la luz. Ellos admiran las cosas tal cual son.; eso es sabiduría, el resto es solo información. El exceso de información aplasta, encierra, la inteligencia natural que todos traemos, con prejuicios y condicionamientos.
Si tenés hijos, estás bendecido, porque tenés la fuente de la juventud en tu propia casa. Y si no, siempre hay algún sobrino, el hijo de un amigo, un ahijado o un nieto. No faltarán fuentes para beber esa agua fresca. Jugá con ellos, no temas quedar tirado en el suelo a consecuencia de algún juego que descarriló. No tengas miedo al ridículo. Seguramente parte de esta sociedad te señalará diciendo: miralo al grandulón ese, jugando como un chico. No escaparás de las críticas. Pero te lo apunté antes: deberás tomar una dosis de coraje y personalidad para vivir de otra manera y así rejuvenecer. Sé un niño. Nunca dejes de serlo. Escuchalos: Sus respuestas son sorprendentes, las más inteligentes las he oído de bocas infantiles y no de candidatos presidenciales o de los CEO de una empresa.

Cuántas respuestas tan ocurrentes habremos escuchado de nuestros hijos, sobrinos, nietos o ahijados. ¿Por qué esa creatividad la vamos perdiendo lentamente, la vamos aplastando con información a veces inútil y sin sentido?
En un capítulo anterior hablamos de simplificar y no de multiplicar. El niño tiene una inteligencia natural para ver la vida de otra manera. Ellos siempre van a privilegiar el momento, el juego, la distensión, el disfrute.
En cierta ocasión un conocido me decía que llegaba el fin de año y estaba en la disyuntiva de cambiar el auto o irse de vacaciones. Era una cosa o la otra, los números no daban para ambas. Reunió a sus hijos de 10, 8 y 5 años y les comentó lo sucedido: tenemos un auto nuevo o nos vamos de vacaciones quince días, ¿que eligen?
Dice que los niños lo miraron como si le preguntaran de qué color era el caballo blanco de San Martín. “Obvio que las vacaciones pá!”. Unánime. Y una respuesta de una inteligencia notable. Ellos no se fijan mucho si el auto es último modelo, si tiene algunos años o si es mejor que el del vecino. Con el tiempo los adultos no encargamos que se fijen en esas cosas. Que sean competitivos y que tengan “lo mejor”. Ellos con su inteligencia natural privilegian el momento. Que es lo que cuenta, que es lo que te llevarás de este mundo.

“Por eso cuando postulo actuar como un niño, no es para que armemos un scalectric en la oficina, sino para que pensemos con la inteligencia natural con la cual todos vinimos al mundo. Ella está debajo de ese cúmulo de datos, prejuicios, normas, religiones. Escarbemos profundo y ahí la encontraremos, la inteligencia natural está ahí, intacta, creativa, pragmática, simple. Como la de tu hijo, nieto, sobrino.”
Sé un niño y tu velocidad hacia el deterioro bajará de forma notoria.

Tomate un tiempo para ser un niño: divertite como si lo fueras. No te diviertas siempre como adulto. Andá a una plaza y, si no te animas a hamacarte por un rato, por lo menos sentate y observá a los niños jugando. Vas a sentir como el tiempo se detiene, por un momento tu reloj biológico comienza a atrasar, lentamente. Te propongo que realices el siguiente ejercicio cuando estés rodeado de niños, sentate en el pasto y esperá unos minutos. Seguramente los tendrás a ellos arriba tuyo en unos segundos, jugando y festejando que por fin alguien se puso a la altura de ellos. Te recibirán, te darán la bienvenida a la niñez. Recordá siempre, si podés ser como ellos, recuperarás la inocencia y con ella tu juventud. Aprovechá a jugar con tus hijos. Rejuvenecerás y ellos vivirán un momento único al sentir que te ponés a su altura, que no siempre son ellos los que deben estar a la altura de los adultos.


Cuanto trabajo cuesta darle valor al ocio

“Todos los seres humanos se dividen, como en todos los tiempos, en esclavos y hombres libres. Quien no tiene las dos terceras partes de su día para sí, es un esclavo, no importa lo que sea: estadista, comerciante, deportista, intelectual “
Friedrich Nietzche

Uno de los mayores aceleradores rumbo a la vejez es la adicción al trabajo. Aquellas personas para quien el trabajo es lo más importante, lo prioritario en su vida, están condenadas a envejecer rápidamente.
Por dos factores elementales. El primero es que la mayoría no trabaja en lo que le agrada (ver el capítulo Sólo envejecen los viejos), y el otro, es una conjunción entre el ser productivo para obtener lo deseado. Ahora bien, obtener lo que queremos está, habitualmente, signado por lo material. Siempre escucho: “Trabajo duro para tener mi casa propia, cambiar el auto, pagar mis deudas, ser alguien en la vida, labrarme un porvenir…”-: Pero no he escuchado: “trabajo duro para tener más tiempo con mi familia”. Quizás porque sea incompatible.
Socialmente nos han inculcado que el trabajo es sagrado y que el ocio es diabólico. Te preguntaste cuántas cosas importantes postergaste a causa de tu trabajo. ¿Cuánto tiempo pasás trabajando y cuánto disfrutas de la vida, tus amigos, tu familia, de tu deporte o hobby favorito? En una encuesta a gerentes de empresas multinacionales respondieron que el 80% de su tiempo están enfocados en su trabajo .Seguro estarás pensando si te propongo no trabajar. No, pues el trabajo produce la sensación de ser útiles, de mantenernos activos. Puede ser un trabajo ennoblecedor. Pero sin necesidad de sacralizar la actividad, ni que nuestra vida esté signada por el trabajo.
Nos han hecho creer, desde niños, que debemos ser los mejores. En cualquier actividad que emprendamos, debemos sobresalir, perdiendo así el disfrute de simplemente hacerlas. Que debemos ser tranquilos como el vecinito de enfrente o simpático como el primo lejano. Pero de ser uno mismo, ni hablar.
En cierta ocasión escuchaba un reportaje bastante informal al tenista Roger Federer, numero uno del mundo al momento de escribir este libro y según los entendidos quizás, el mejor de la historia. Estaba jugando en ese momento el torneo de Roland Garrós en París. El periodista le consultaba que hacia en el tiempo libre en París, si iba a la Torre Eiffel , al Museo de Louvre….el respondió que la Torre Eiffel no la conocía….pues siempre esta lleno de gente que me puede reconocer y no podria verla con tranquilidad….sorprendente, no? Un hombre con fama , prestigio, dinero y no tiene la libertad suficiente para poder visitar un sitio emblemático de una ciudad hermosa como París. Yo conozco a Juan , un farmaceútico de la vuelta de mi casa que juega al tenis de vez en cuando en forma amateur y me contó que estuvo ya tres veces disfrutando París…

Nuestro ser viejo siempre quiere ser el mejor, en cambio nuestro ser joven siempre querrá ser único.

Además, sabias que cientos de miles personas han escalado el Himalaya , la cima mas grande del mundo y adivina cuantos se quedaron a vivir ahí? Pues ninguno. Haz escuchado que armen un barrio cerrado ahí? Entonces es la cima un lugar agradable?

Transferir responsabilidades

Si eres un empelado, haz tu trabajo responsablemente, pero sin caer en la trampa de dejar la vida ahí adentro. Pero también ser responsable y respetuoso de tu tiempo libre, donde está tu familia, tu hobby, tu descanso, tu vida en la naturaleza
Si se realizara una encuesta y se le preguntase a la gente que es lo más importante en su vida seguramente contestaría: la familia, y/o los hijos. Pero en la vida real no demuestran eso. Pues siempre estamos postergando a la familia y a los hijos por cuestiones laborales. “Es la oportunidad de mi vida, no la puedo dejar pasar”, “es mi jefe, no me puedo negar”, “son sólo años de esfuerzo, más adelante tendremos tiempo para estar juntos”. Frases conocidas, no?

“Siempre postergamos las cosas importantes por las que nos han hecho creer que son importantes.”

Si pasaras más tiempo en familia, o con amigos, vivirías más relajado y por ende no envejecerías tan rápido: quizá tu cuenta bancaria no tendría tantos ceros, pero tu caja de seguridad interior estaría plena de buenos momentos y tu cuerpo lo reflejaría.

“La vida son momentos que no podemos desperdiciar.
Ella no se mide en gramos de oro, ni en metros cuadrados, ni en acciones de bolsa, ni en moneda extranjera, ni en caballos de fuerza, ni en megabytes. La vida se mide en momentos. Debemos ser filatelistas de momentos. Es lo único que nos llevaremos de este mundo estampillados en nuestro corazón: todos los buenos momentos que hayamos coleccionado.”

Debemos ser congruentes con lo que decimos, si nuestra familia es lo más importante, entonces armaremos nuestra agenda a partir de ella, colocando los espacios que no podrán ser negociados por ningún motivo. Aniversarios, actos escolares, acompañar a los hijos a sus actividades, juegos en casa, paseos. Y ser responsables de esos momentos, así como lo somos en el trabajo.
Te doy un ejemplo: cuando estás en tu oficina puede ir tu hijo o nieto a jugar en tu escritorio, dibujar sobre tus informes de ventas? Seguramente que no. No permitirías esa invasión. “Papá o Mamá están trabajando, no debes molestar” Por lo tanto cuando tu estas destinando tu tiempo en casa o en otro sitio que hayas escogido para compartir con él , no permitirías que nada lo altere, es tu momento , es su momento. Tu haz programado una reunión con alguien muy importante que no merece ser alterada. Es decir, colocar al menos al mismo grado de importancia, la responsabilidad que aplicamos al trabajo para con el resto de nuestra vida. En definitiva somos más que un abogado, arquitecto, veterinario, jubilado, somos seres humanos que tenemos múltiples facetas, somos mucho más que eso. No tengamos culpa por dedicarnos al ocio. Si tus colegas siguen trabajando mientras vos estás en un parque caminando o corriendo a la par de la bicicleta con tu hijo, no sientas culpa. Estás viviendo, nada más y nada menos..
Como decíamos al principio, el ser que ha apostado todas sus fichas al trabajo ha fracasado. Pues construye una cima sobre el y cuando viene el retiro y alguien nos quita esa cima, cae al vacío. En cambio, si construimos varias cimas similares, donde estará el trabajo, nuestra familia, nuestros pasatiempos, nuestras amistades, podremos saltar a cualquiera de ellas cuando la cima del trabajo ya no exista. No habrá vacío. Cuantas personas al final de sus carreras cuando ya no tienen que ir a sus trabajos dicen “Siento un vacío enorme”. Pues es el vacío que nos separo de la cima que construimos hasta el resto.
¿Haz visto alguna vez un faro? El alumbra pero no en una sola dirección, su luz gira para que los barcos puedan verlo de distintos puntos. Entonces el ser multidimensional es como un faro, alumbra en distintas direcciones, para que su familia, su tiempo libre, también sean iluminados.
En una ocasión, un conocido me decía que el no podría no atender un llamado del trabajo cuando estaba en su casa, ya descansando o compartiendo en familia. “Y si me despiden ¿que hago?, perjudico a mi familia “. En ese caso el problema es otro. Es el valor que tenemos de nosotros mismos. Si pensamos que no valemos mucho y no podremos conseguir otro trabajo debemos empezar a trabajar nuestra autoestima. En Estado Unidos un ejecutivo cambia promedio 6 veces de trabajo en su carrera. No es tan grave quedarse sin trabajo, he visto muchos casos en mis años de consultor, que donde ser despedidos ha sido lo mejor que les pasó en su carrera, al tiempo consiguieron otro, con mejores condiciones y mayor tiempo libre. Debemos perder el miedo a que nos quiten el paraguas, un poco de lluvia no mata a nadie, a veces al mojarte puede servir para despertarnos un poco de la modorra que vivimos.
Y cuantos de nosotros tenemos ahí guardada una segunda profesión, aquella tal vez que no era “rentable” y por ende no la realizamos.
“No vas a vivir de eso” alguna vez un padre podrá haberle recomendado a su hijo Pues es el momento de reflotarla como decíamos al principio del libro. Si trabajas en un banco y te gusta la poesía no vas a renunciar a tu trabajo para dedicarte a ser poeta, pero si podrás darle lugar a tu vida, comenzando un taller de poesía.

Buscando el reconocimiento

Te cuento esta historia. Un basquetbolista que jugaba en nuestro medio había desarrollado una carrera más que aceptable en distintos clubes de país. Pero sentía que aún no tenía el reconocimiento de la prensa en general y tampoco del ambiente deportivo. Pero un día, su representante lo llama para darle la buena nueva. Había una oferta concreta de Europa para jugar una temporada allá. Serían unos ocho meses pero tendría que ir solo ya que no convenía mover a la familia todavía. Su familia estaba compuesta por su esposa y una beba de 1 año. Entonces, sin dudarlo y buscando el reconocimiento definitivo partió. Juego en un nivel superlativo y a los 8 meses regresó. Ya en el avión de regreso, hojeaba algunos diarios que hablaban de él y su paso por Europa. De pronto sintió un gran alivio al saber que el reconocimiento buscado, estaba llegando. Finalmente llego a su casa, abraza a su esposa y busca presuroso a su hija, ya de 1 año y 8 meses. Ella lo miró, empezó a llorar y salio corriendo en sentido opuesto. No lo había reconocido. Luego, en la intimidad, el decía: “Hubiera cambiado todo el reconocimiento deportivo porque ese día, ella, me reconociera como su padre…”

De que nos vale ser un deportista reconocido si nuestros hijos a la vuelta no nos reconocen? De que vale ser un orador excepcional si casi no tenemos diálogo con nuestros hijos? De que vale ser un ingeniero brillante si no podemos tender un puente para llegar a nuestra familia? O un abogado prestigioso que no puede defender su tiempo en familia?

En una ocasión alguien me comentaba cuando hablamos de este tema de la adicción trabajo “es que para darse los gustos uno tiene que tener dinero, entonces no queda otra que trabajar mucho”. Acá va una lista de placeres que son gratis:


Una puesta de sol.
El viento en la cara.
Jugar con tus hijos
El Sexo
Escuchar música
Bailar
Caminar a la madrugada
Bañarse en el mar
Abrazar a tu hijo
Acariciar tu mascota
Andar en bicicleta
Reír con tus amigos

Ya que enumeramos las cosas que son gratis y que nos pueden aportar armonía sin gastar un solo peso., vamos por las otras. Que compraría tu ser joven y tu ser viejo con el dinero?
Se me ocurrió hacer estas equivalencias en lo que compraría tu ser viejo y tu ser joven con determinada cantidad de dinero

                          


Dicen, quienes volvieron de la muerte, los que estuvieron algunos minutos técnicamente muertos, que al desprenderse el alma del cuerpo, la vida pasa como una película. Qué imágenes creés que verás pasar: la copia de una escritura, un 08 firmado, el rostro de tu jefe, una capacitación en tu empresa o las primeras vacaciones en familia, la voz de tu hijo diciendo “papá” o “ mamá” por primera vez, el reencuentro con tu mejor amigo, las bodas de oro de tus padres, la llegada del primer nieto…
Por eso recalco que el ser viejo es coleccionista de cosas de tangibles, autos, relojes, perfumes, ropa (si es de buena marca mejor) y el ser joven es un coleccionista de momentos que dejen su marca. A veces es cuestión de usar el dinero con imaginación. Yo amo volar, por eso soy paracaidista de hace tantos años. Si yo te propongo que pruebes el vuelo no hace falta que compres un pasaje en un avión de pasajeros para sentir esa sensación. Acércate a un aeroclub cercano a tu ciudad o pueblo y pide hacer un vuelo de bautismo con tus hijos o nietos. Verás que no es más caro que un juguete de esos ruidosos y que después le extraemos la pila como si fuera un tumor cancerigeno, para que deje de martirizar.
La sensación de vuelo en esos aviones es superior a lo de un avión de pasajeros, y no te pierdas, por favor , la cara de tu hijo o nieto cuando vea allá abajo las vacas, autos, como si fueran de juguete. Y porque no alguna nube caprichosa que se dejo superar. Eso es coleccionar momentos y con muy poco dinero o el equivalente a cualquier juguete que quedara en el olvido después de usarlo. En cambio esta experiencia perdurará en el tiempo y siempre la recordarán.

La pulsera mágica

Esto sucedió siendo yo un niño. Llegaba enero y con él las vacaciones. En mi hogar no había suficiente dinero para ir a algún lado. Entonces, mi madre vendió una pulsera de oro y con lo obtenido se pudo afrontar los gastos para hacer un viaje a la costa atlántica. Viviendo en San Juan, cerca de las montañas, y con 42 grados de promedio en verano, ir a Mar del Plata era una bendición. En aquellos momentos yo no sabía bien el valor de las cosas, tampoco de transacciones, era un niño, sólo escuché lo que ella comentó que haría con la pulsera y ésta se convirtió en los pasajes. Para mi fue mágico. Siempre recuerdo ese gesto. También creo que fueron las vacaciones infantiles que más se grabaron en mi memoria. Siempre pensé que se trataba de una pulsera mágica, ya que gracias a ella conocimos el mar y la playa.
¿Te fijaste cuántas cosas de valor material has guardado y que si las vendieras, te permitirían vivir momentos únicos con tus seres queridos? No sé dónde andará aquella pulsera, quizá reposando en la vidriera de una casa de empeño, pero en mi corazón siempre guardo aquellas maravillosas vacaciones. Por eso, replanteate el acto de cambiar alguna “joya” por momentos con tu familia. Quizá no puedas lucirlo más en tus dedos, tu cuello, o las manos, pero los momentos compartidos con los seres queridos quedarán grabados en tu memoria. En tu corazón. Vender objetos sin vida para comprar momentos de vida. ¿Qué opinás?.

En una ocasión un ejecutivo de una empresa para la cual yo hago consultoría me llevaba en su imponente auto al aeropuerto. Y en el trayecto me comentaba que su profesión marchaban bien pero que el debía conseguir tiempo libre para el, era su próximo objetivo. No tuve tiempo de hablar mucho más y al verlo marcharse presuroso en su auto de tres letras y un traje de tela italiana a terminar sus informes del día, se me ocurrió que tal vez podría colocar un aviso en el diario que rezara así:


“Vendo traje Armani, acepto tiempo libre en parte de pago”


Siempre hay tiempo para cambiar. Para replanteos. Un buen ejemplo para saber si estás cambiando es el siguiente. Si algún día cuando estás jugando con tu hijo suena el celular, y ves en la pantalla que es de tu trabajo, entonces, si pasás a contestador: es señal de que estás cambiando, que estás priorizando lo importante. Estas actuando como un ser joven. Pues si ese es el momento de jugar con tu hijo, entonces es más importante que esa llamada. Debemos ser consecuentes con nuestras palabras. Si nuestra familia es lo más importante y ese es nuestro momento en familia, se debe respetar. SIEMPRE.. Perder el miedo al NO , tenemos que aprender a decir que NO para que nuestra vide se torne mas positiva.
Algunos me plantean: si trabajo menos quizá no me despidan, pero me ofrecerán menos sueldo, y cómo sostengo a mi familia con los gastos que tengo. Te invito a leer entonces el capítulo "Achica tus deudas y extiende tu vida"

En el circo de la vida, mejor ser equilibrista

Yo creo que este mundo es como un circo. Nunca falta el payaso que quiere caerle bien a todo el mundo, el que es más pesado que un elefante, el que se quiere comer a todos crudos y se cree el rey de la selva, el que hace malabares para llegar a fin de mes y el equilibrista. Este último me agrada, pues resume a pleno la postura que creo hay que tomar en la vida, en el equilibrio está el secreto pero requiere de una dosis de coraje, es caminar por la cuerda y mantener el equilibrio, mientras muchos esperan que te caigas...
Observá que las personas que envejecen más rápido son las que desarrollan algunas de sus cualidades en forma extrema. Los intelectuales a ultranza, por ejemplo, envejecen rápidamente y lo mismo ocurre con los deportistas de elite. Ellos inclinan la balanza a un opuesto y el cuerpo reacciona ante el desequilibrio. Lo ideal sería ser una persona equilibrada intelectual y físicamente. Un ser integral. Desarrollar ambos planos, el intelectual y el físico. Al estar en armonía viajarás por la vida, como un auto que va sereno, con su peso bien equilibrado. Sino, observemos a los jugadores de fútbol, por citar algún deporte popular. Jóvenes de diecinueve o veinte años que parecen de treinta. Ya desgastados. Ya con aspecto de hombres mayores; entrenan doble turno, viajan constantemente, cambiando sus relojes biológicos, durmiendo poco, con sólo dos semanas de vacaciones al año, pretemporadas interminables. También hay que cumplir con los sponsors, con la prensa. Sin tiempo para la distensión, para un buen libro, para una obra de teatro, para aprender otra cosa que no sea fútbol día y noche.

La goma mal balanceada

Una vez fui a revisar mi auto pues sentía que la dirección se movía demasiado. El empleado al rato de revisarlo viene y me muestra una de las gomas del auto para que viera como se había gastado toda de un lado y del otro estaba prácticamente nueva. Me sugería comprar una nueva. Yo le respondí que esa goma era prácticamente nueva, cómo iba a gastar de vuelta en otra. Y el me respondió:” Es verdad, es nueva pero estuvo mal balanceada y siempre estuvo apoyando de un lado, lamentablemente ya no sirve.”
Entonces podemos ser jóvenes en edad pero si estamos desbalanceados, apoyando siempre de un lado ( por lo general nuestro trabajo) podemos ser ya “viejos”. Si la goma hubiera estado balanceada tendría mucho más tiempo de uso. Balanceemos nuestras inteligencias y prioridades , seguramente llegaremos más lejos.
La vida es de una riqueza inconmensurable. Algunos deportistas dicen: el deporte es mi vida. Algunos ejecutivos dicen: esta empresa es mi vida. Algunas madres dicen: mi hijo es mi vida, algunas mujeres dicen a su amado, sos mi vida. En realidad no hay nada externo que pueda ser TU VIDA. La vida no puede depender de una empresa, de otra persona, de un deporte. Epicteto, filósofo griego, opinaba:
“Acércate a la vida como si fuera un banquete”.
Entonces no comamos siempre el mismo plato. La variedad y la diversidad de la vida son infinitas. El desequilibrio, a veces parte del concepto que nos imponen para desarrollar sólo dos aptitudes, la matemática, y la lingüística. Pero ya hace tiempo que se ha descubierto la existencia de inteligencias múltiples. Creo que vale la pena conocerlas para tomar conciencia de todo lo que hay por explorar.

Inteligencia Matemática: Bueno para los números, para resolver problemas matemáticos. Facilidad de abstracción para resolver problemas.
Inteligencia Lingüística: Facilidad para expresarse, para aprender idiomas extranjeros, para relatar historias... Muy desarrollada en poetas y escritores.

Estas últimas, son las Inteligencias más desarrolladas porque el sistema escolar se basa en ellas. Veamos el resto

Inteligencia Interpersonal: Es la inteligencia que nos permite entender los estados de ánimo y preocupaciones que sufren los demás. Inteligencia para trabajar en forma grupal.

Inteligencia Intrapersonal: Capacidad para reconocer los sentimientos propios. Permite conocer nuestros puntos débiles y nuestra fortaleza.

Inteligencia Corporal: Atletas, bailarines, cirujanos, artesanos, son quienes tienen muy desarrollada esta inteligencia.

Inteligencia Musical: comunicarse y crear a través del sonido. Compositores, músicos, etc.

Inteligencia Espacial: Capacidad para visualizar objetos, lugares con movimiento y dimensiones. Aquellos quienes mapean una idea son los que tienen más desarrollada esta inteligencia.

Inteligencia Naturalista: Agricultores, jardineros, botánicos, geólogos, arqueólogos, desarrollan esta inteligencia.

Todos tenemos algo de ellas, algunas más desarrolladas que otras. Es por eso que Eisntein no era más inteligente que Michael Jordan o viceversa. Cada uno era un genio en lo suyo. Tenían algunas de sus aptitudes más desarrolladas que las otras.
La combinación de todas las aptitudes nos hace un ser único. Quisiera subrayar la variedad y la riqueza de nuestra mente. En general tan poco explorada. Intentemos desarrollar un poco de cada una, y trabajemos más fuerte con la que tengamos más condiciones. Pero debemos equilibrarnos, esto nos hará seres más completos y armónicos. En la armonía está el secreto de hacer más lento el camino al deterioro. Ahora, ¿por qué una persona muy “inteligente”, con buenas calificaciones, con logros académicos y laborales meritorios, no logra ser feliz completamente O llevar una vida armoniosa? Deberíamos diferenciar el intelecto de la inteligencia. Podemos tener mucho intelecto encima pero no ser inteligentes para vivir. El intelecto, el cúmulo de información va aplastando nuestra inteligencia natural, la que, por ejemplo tienen los niños. Eso es inteligencia pura, no influenciada por conocimientos, normas, credos ni estructuras. Ser inteligente, también, es conocerse uno mismo, sus puntos fuertes y débiles. Y la capacidad de adaptación. Es por eso que personas quizá no tan “inteligentes”, en logros académicos, han logrado llevar una vida armoniosa e inteligente, y en consecuencia, plena de juventud y activa hasta edades inimaginables.
Retomando lo referente al equilibrio, este mundo siempre nos coloca para elegir un extremo, no para pararse en el medio. Te empuja de una orilla a otra. Esta sociedad te quiere en algún extremo. Sos de River o de Boca, comunista o capitalista, simpático o amargado. Blanco o negro. No existen los grises. Además siempre buscamos tener alguien con quien confrontar, y evitar vivir en armonía. Hay una de esas antinomias en la que es bueno detenerse. Son las sociedades occidentales y orientales. Las primeras dominadas por lo material, por la ambición, la tecnología; y la oriental signada por lo espiritual, por el desprendimiento total, vistiendo una túnica y en condiciones deplorables, porque lo que importa es el interior y no el exterior. Y ambas se buscan. El occidental quiere la paz espiritual que no encuentra en lo material, por ello muchas personas adineradas viajan a ver al Dalai Lama o se internan en algún monasterio. Y el oriental quiere algo material, algunas rupias, ellas no se encuentran en la meditación.
Sería bueno sacar lo mejor de cada cultura y construir una sola. Pero necesitamos de la antinomia, del opuesto para vivir. Ya conocía Estados Unidos y su estilo de vida cuando viajé a Cuba. Lo hice con la intención de conocer el último bastión del comunismo y poder comparar con la sociedad capitalista. Como sociedad es interesante, de ella podemos sacar algunas conclusiones. Creo que el sistema tiene muchas cosas a favor, como el sistema educativo y la salud; pero rompe el don primario con el que nacemos: la libertad, sin ella no podés construir nada. Pero es el extremo, es el desequilibrio y por eso no funciona bien, como tampoco funciona bien el capitalismo a ultranza. En una manda el estado y en la otra el mercado.

En nuestra vida debemos buscar lo mejor de cada cultura, seamos occidentales, pues estamos inmersos en ella, pero busquemos también la parte oriental. La relajación, la meditación, el ser introspectivo para conocernos, o para saber quiénes somos, que función tenemos acá y hacia dónde vamos. Es muy difícil, por ejemplo, que a los diecisiete o dieciocho años podamos decidir cuál será la profesión o el oficio que nos acompañará toda la vida. Existen muchas influencias que no nos permiten tomar la mejor decisión y es por eso que una vez escuché que los Bancos están llenos de poetas. Mucha gente decide, después de muchos años, empezar a estudiar nuevamente, “esta es mi verdadera vocación” manifiestan. Lo que significa que la anterior estuvo dictaminada por otros factores. Un conocido me contó que había estudiado medicina para no defraudar al padre, ya que llevaban cinco generaciones de médicos… ¿sabés adonde habría que mandar a las cinco generaciones, si la vocación era el teatro, la pintura o el deporte?
Pero es difícil tener la personalidad suficiente con diecisiete años, justamente porque los adultos que nos educaron nos han prestado una que decide por nosotros. Muchos hijos no quieren defraudar a sus padres y muchos padres intentan completar algo que no pudieron realizar a través de sus hijos.
Ahora, esta es una buena oportunidad para empezar a aprender lo que dejamos inconcluso o lo que nunca comenzamos. A lo mejor tenés una carrera realizada y no vas a dejar todo por la actuación o el canto, pero sí, podés darle lugar en tu vida. Recordá que nuestro cuerpo asocia el aprender con la juventud. Empezá teatro si te gustaba actuar en el colegio, un taller de literatura si te gustaba la escritura, jugá al tenis sin necesidad de ser el número uno del mundo.
Hace poco fuimos a jugar un amistoso por el torneo de veteranos de básquet y mientras esperábamos vi un grupo de hombres con un promedio de edad de setenta y cinco años, jugando un picadito informal, media cancha. Me pareció maravilloso. Me comentaron que se reunían una vez por semana, jugando a su ritmo, divirtiéndose. De esta manera ellos siguen siendo protagonistas de sus vidas, mientras otros seguirán desde la tribuna, con el pancho y la coca, sólo mirando, es más cómodo, pero es un desperdicio y un desagradecimiento al Ser Superior que nos dio la vida. Honremos la vida. Busquemos el equilibrio y la cuerda no será tan floja como parece.

Entonces:

“Buscá equilibrio en tu vida, en eso radica el secreto, desarrollá todo tu potencial; recordando que tenés ocho inteligencias para desarrollar, usalas, para eso las posees. El ser viejo es un ser unidimensional , el ser joven es multidimensional.”





Cuando te sientas muy “intelectual”, salí inmediatamente a realizar una actividad física.
Cuando creas que sólo estás haciendo actividad física, tomá un libro, escuchá un concierto, andá al teatro. Buscá el equilibrio entre los dos planos.

Cuando envejecer es crítico

El mundo esta lleno de personas que critican y de estatuas de los criticados. Nadie que intentó algo diferente no fue criticado. Intentar cambiar un estilo de vida puede ser plausible de críticas, sin dudas, pues estamos buscando una alternativa diferente, estamos siendo diferentes

Porque somos tan susceptibles a las criticas?

Primero porque existe el miedo ya desde la prehistoria de ser rechazados del grupo o mejor dicho de no poder agradar a los otros.
Segundo, porque hemos crecido desde niños recibiendo más críticas que elogios
Tercero, autoestima baja porque en realidad no conocemos nuestros verdaderos talentos.

Entonces , como tomar una critica?

La mayoría de las veces la critica es proyectiva, es decir tiene que ver mas con quién emite la critica que quien la recibe. Es decir, la mayoría de las criticas que recibimos tienen que ver mas por el miedo o inseguridad del que nos critica que con uno mismo. También ocurre que alguien que nos critica ahora, mañana nos elogia. Entonces tener en cuenta que las criticas son pasajeras pero uno permanece.
Tu ser joven tiene que ser inmune a las criticas sobre todo cuando vienen de personas que juzgan sin tener la experiencia suficiente. Por ejemplo, critican tal vez que no te lleves bien con tu esposo o esposa y esa persona no puede sostener un relación más allá de 30 días. O aquel que critica si vas a abrir un emprendimiento independiente y jamás salieron de ser empleados en relación de dependencia.
La critica es hija del pesimismo, que ya se torno a esta altura, una plaga mundial. Recuerdo la cantante Laura Pausisine que decicidió estudiar portugués para poder comunicarse con sus fans de esa lengua y ya había quien le criticaba su pronunciación …y no le valoraban el esfuerzo por estudiar y querer una mejor comunicación.

Es por eso que nuestro ser joven es el héroe de la película, saquemos a el a la luz, con su osadía y espíritu de aventura sin temer a las criticas o las risas de otros. La mayoría ríe de nerviosismo pues temen que esa persona sea exitosa siguiendo un camino diferente. Sino siempre viviremos a mitad de camino, solo mostrando un parte de nosotros y no todo lo realmente que somos.
Las criticas terminan matando la creatividad que traemos, la que tiene nuestro ser joven. Cuentan que en una escuela se realizó una experiencia: en primer grado les pidieron que cada uno de los niños que dibujara lo que quisieran, en una hoja en blanco. Al terminar ese dibujo les preguntaron : ¿Quien cree que es un artista?. Todos levantaron la mano. Se repite la experiencia en segundo grado y al hacer la pregunta en cuestión, solo la mitad levanta su mano. Y finalmente en tercer grado solo tres niños lo hicieron. Entonces pensemos, cuantos talentos tendremos por ahí que quedaron aplastados porque simplemente alguien algún día nos criticó? Cerremos los oidos a las críticas y el viaje será mas placentero. Te dejo este cuento para cerrar el capitulo:

Cierra tus oidos

Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro. Caminaban al lado de él cuando atravesaban un pueblo. Un grupo de
niños se rió de ellos gritando:
-¡Mira qué par de tontos! Tienen un burro y van los dos caminando. Por lo menos el viejo podría subirse a él. Entonces el anciano se subió al burro y ambos siguieron la marcha. Al pasar otro pueblo, algunas personas se indignaron al ver al viejo sobre el burro y dijeron:
-Parece mentira. El viejo cómodamente sentado en el burro y el
pobre niño caminando. Viejo y niño intercambiaron sus puestos. Al llegar a la siguiente aldea, la gente comentó:
- ¡Esto sí que es intolerable! El muchacho sentado en el burro y el
pobre anciano caminando a su lado…
Puestas así las cosas, el viejo y el niño se subieron al burro. Poco
después venían un grupo de campesinos por el camino. Los vieron y les dijeron:
-¡Es vergonzoso ! Van a reventar al pobre animal !
El viejo y el niño tomaron la determinación de cargar al burro sobre sus hombros, pero entonces la gente se burló de ellos diciéndoles:
-Nunca vimos una gente tan idiota. Tienen un burro y en lugar de montarlo, lo llevan a cuestas.
De repente el burro se revolvió con fuerza y se desplomó a un
barranco, hallando la muerte. El viejo, súbitamente, instruyó al
muchacho:
-Hijo, si escuchas las opiniones de los demás y les haces caso, acabarás más muerto que este burro. ¿Sabes lo que te digo? Cierra tus oídos a la opinión ajena. Que lo que los demás dicen te sea indiferente. Escucha únicamente la voz de tu corazón.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Los 10 mandamientos para mejorar nuestra calidad de vida

No desearás la hamburguesa y las papas fritas de tu prójimo.
No matarás tu tiempo viendo televisión.
No robarás una personalidad, serás tú mismo.
No dejarás un día sin hacer actividad física, al menos una caminata.
No amarás más a tu auto que a ti mismo.
No dejarás de jugar y aprender de los niños.
No permanecerás en lugares ruidosos.
Mandarás al infierno a tu ego, asi podes vivir en el paraíso
No serás el santo del trabajo, ya existe San Cayetano.
No te quedarás sin un hobby o una pasión.